martes, 10 de mayo de 2016



Pequeña percepción alimentaria en México

Recuerdo aquella época donde un vaso de leche hervida en una olla era lo más visto en un pueblo –ese ranchito tras de la montaña, donde temprano se ocultaba el sol-, hoy en día vemos un empaque con la imagen de una vaca en el refrigerador, comprada a los grandes consorcios que acaparan los pocos litros de leche de algunos productores “afortunados”, si afortunados porque pudieron adquirir mediante préstamos un enfriador para poder cumplir con las exigencias de aquellos grandes magnates de refrigerar la leche, y no solo paso con la leche también con productos básicos antes vistos como un alimento, que ahora pasaron al lugar de materia prima como el maíz, frijol e incluso animales.

Esa llamada globalización agropecuaria ha influido a consumir productos que cumplen con una inocuidad, y se les agradece pero realmente fuimos los consumidores los que impusimos este forma de vender los productos, quizá me equivoque pero como un país que se considera en vías de desarrollo puede influir fuertemente en este tipo de decisiones, se me hace más una imposición de aquellos que tienen la capacidad industrial para realizar esa transformación aun con todos sus estándares son incapaces de cumplir al 100% con esa inocuidad, al presentar productos que no cumplen con las condiciones establecidas y ofrecer productos en latas golpeadas o productos exhibidos de manera inadecuada. 

Y para esto la siguiente pregunta, ¿México comenzó con el desarrollo de supermercados?, quien levantara la mano y me dirá que sí, ya que a la fecha hasta las grandes “centrales de abasto” –mercados- como lo fueron esas centrales de abasto del centro del país han perdido importancia para ofrecer sus productos frescos, jitomate, calabacitas, chile, maíz, aguacate, etc.


Ahora la relación de los consorcios es más estrecha con aquellos productores que pueden cumplir con las características de los productos, beneficiando a esos pocos elegidos en los costos de transporte (será suficiente como para tener algo más que polillas en los bolsillos), y que bien también según esto ha provocado un crecimiento en el país, claro tenemos exportaciones o pero lo más grandioso es la proyección de 75% de importaciones para el año 2025 ¡oh  que genial¡ la realidad quizá, es que no es culpa de los grandes empresas, si no, más bien de la mala regularidad que tenemos por parte de nuestros grandes administradores.

Y para nuestra buena fortuna atravesamos una economía favorecedora para todos aquellos que introducen productos a nuestro país, llevando los productos a precios, donde es más fácil bajar la luna que comprar un litro de leche o un kilo de carne de esa que producen aquellos buenos productores de nuestro México, que bailadas nos hemos dado y para tratar de contra restar esta situación de nuestros productores, se le ha querido dar valor agregado aquellos productos realizados artesanalmente pero ¿Ha funcionado la estrategia?, digo si nos es difícil comprar un kilo de quesillo de 60 pesos producido industrialmente, podemos adquirir el producto con un valor de 180 pesos. Con esto último me surge la idea que más adelante solo podremos comprar robadas de aire y almacenarlas en nuestro refrigerador para comer gustosos a todas horas.

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